Luz perfecta nacida de mi vientre ingenuo,
dolor perfecto de la creación más pura;
es el niño que me mira
y donde mi alma se refleja
imitando la eternidad.
Si el mundo lo niega no importa,
Yo seré su refugio y el abrazo que lo cubrirá
en cada noche, sosteniendo su lágrima o su furia
hasta que llegue el momento, otra vez,
en que pueda caminar sobre sus pies
luz perfecta, niño mío,
obra maestra que he realizado
humildemente, humanamente.
Pero, quién sabe?
qué destino y caminos por recorrer tendrá.
Jamás su luz se verá apagada
por las nieblas o las tormentas
porque alli estaré , aún sin estar,
en el recuerdo de mis besos
para mostrarle aquel cielo
que un día hice para él.
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